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Va la luna llena de primavera
traspasando la noche del olvido
y dejando mi corazón cautivo
al imaginar las bellas estrellas.
Qué resplandor nos da la luna llena
al acariciar el sueño dormido
que envuelve el deseo amanecido
en la ardiente y florida primavera.
En el paraíso verde yo encuentro
el florido aliento que se perdía
en la caricia de mi viejo cuerpo.
Mientras la pasión con amor bebía
en la fuente del pétreo monumento,
donde se encuentra tan feliz la vida.
Al contemplar la luna llena
de la bella primavera,
he acariciado el deseo
y descubierto la fantasía,
de ir caminando por la vida
para llegar al eterno cielo.
La luna llena con su blancura,
no me deja ver las estrellas,
ni aquellas cosas bellas
que yo tanto contemplé
en las noches encantadas
que florecían los versos
y se entretenían los sueños.
Van flotando por el espacio
aquellos viejos recuerdos,
que traspasan la distancia
del infinito universo,
mientras en la tierra
sigue siempre floreciendo
la deseada primavera
que altera nuestra vida
y consuela los deseos.
de este viejo Anselmo.
Todo en la primavera resplandece
y brilla la concéntrica hermosura,
cuando ama la perfección tan segura
que dentro del corazón se estremece.
Todo en primavera brilla y florece,
y cuando duerme la noche oscura
la naturaleza muestra su hermosura
con el aroma que pronto amanece.
El amor se extiende por las venas
y florece en la sangre el delirio
que acaricia todas las primaveras,
dejando atrás los dolidos martirio
que cabalgan con las dolidas penas,
cuando llega la florida primavera.
Hay almas buenas y malas,
almas que se mueren
en inmensos palacios,
almas adornadas
con ropajes de seda,
almas que disfrutan
de una posición muy buena,
esas son las que más se alteran
cuando miran el espacio.
Hay almas que siempre están
adorando el becerro de oro
y no aceptan la profunda agonía
de tener que dejar esta vida
en la que le sobra de todo.
El alma del rico es poderosa,
a nada ni a nadie le hace caso,
se resiste a abandonar lo prestado
y quiere dominar hasta el espacio,
como hace con todo lo creado.
Es tan grave ese pecado
de querer engañar la Creador,
despreciando lo que le han prestado
y querer comprar lo sagrado
para que su entierro imaginado
se adornado con todo honor.
No hay como la humildad
para saber aceptar,
que todo lo que tenemos
nos ha sido prestado
para que sepamos aprovecharlo,
siguiendo los mandatos divinos
de emprender el verdadero camino
que nos lleva al eterno destino.
Al empezar la cuaresma
el alma es cuando más piensa
en lo que realmente somos,
y queremos buscar el remedio
para fortalecer la conciencia,
dejando atrás lo que estorba
para alcanzar la vida eterna.
