Cuando se llega a tener
la edad ya avanzada,
es cuando se pueda ver
aquello que piensa el alma.
El alma es como un fantasma
que está amarrado al cuerpo
cuando está lleno de esperanza
y va tranquilo por la vida
buscando el encantado deseo
de hallar los paraísos eternos.
Por el camino de los secretos,
las almas buscan lo infinito,
pero no quieren los cuerpos
sentir el mismo destino;
ya que, son muchos los misterios
que los humanos tenemos.
Cuando ya uno llega a viejo,
es cuando puede comprender
el por qué la vida se acaba
y sólo queda la esperanza
diciendonos al oido:
¡Nosotros no somos nada!
jueves, 21 de agosto de 2014
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