Al ser nuestra razón tan limitada,
y tener la imaginación tan inmensa;
en nuestra opinión humana se condensa
el querer saber lo que siente el alma.
Nuestra ignorancia está tan endiosada,
que trata al Creador con indiferencia;
sabiendo que, no existe poder ni ciencia
que convenza nuestra torpeza humana.
¿Quién pudiera descubrir la alborada
donde despierta la apagada vida
y se halla nuestra alma santificada ?
¿Quién pudiera escapar de la mentira
y encontrarse con la fe imaginada
con la que nuestra razón vive y suspira.?
sábado, 3 de diciembre de 2016
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