Voy con mi edad por la vereda añosa
aguantando esta humana amargura
que camina por la senda tan oscura
buscando la esperanza prodigiosa.
Todo parece un camino de rosas
con su florida y dichosa blancura
que adorna la envejecida figura
que llega a la eterna vida gloriosa.
Llevando la vejez siempre conmigo,
voy por el camino a palo de ciego
buscando el glorificante destino
donde descargar las penas que llevo,
y presentarme ante el eterno Amigo
que es el verdadero Rey del Cielo.
jueves, 20 de diciembre de 2012
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