A vosotros queridos perros
escribiros un poema quiero,
para honrar vuestro
vuestro sentimiento.
Es tanta la nobleza
que yo veo en los perros,
que su amistad acompaña
y es todo agradecimiento.
No hay perros mentirosos,
ni cobardes, ni envidiosos,
ni fanfarrones ni rencorosos,
como son los humanos.
Los perros son confiados
y miran siempre con ternura,
y es tanto lo que los queremos
que si nos falta lloramos.
Ellos gozan si los acariciamos,
nos conocen más de lo que creemos,
ellos sufren si nosotros padecemos
y están encantados si le hablamos.
El perro pueden comprender
por qué le regañamos,
y tienen el enfado presente
aunque no lo creamos.
Nos besan lamiendo las manos,
nos quieren aunque no los queramos,
lloran cuando los maltratamos,
pero son felices con los humanos.
El perro Trasto en esa fotografía
que fue sacada en La Martina,
es tanto lo que quiere a los gatos
que si pudiera, " le daba por saco"
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