Tiempos pasados
de mi querido pueblo,
tiempos gloriosos
que olvidar no puedo.
Qué bellos recuerdos
llevo en el pensamiento,
son tantos los anhelos
que llevo en el pensamiento.
Siento pasar el tiempo
sobre mi viejo cuerpo,
que alberga los sueños
y los viejos recuerdos.
Me acompaña la esperanza
en mi larga caminata,
donde las horas y los días
me llenan de alegría.
Voy caminando sin miedo
y me siento arrogante,
comprendido y valiente,
pero cansado y sin aliento.
No me siento pequeño,
ni joven, ni viejo...
Camino hacia adelante
pero siempre aprendiendo.
Si uno empieza a envejecer
cuando deja de aprender,
yo aprovecho bien el tiempo
para no ser nunca viejo.
Aunque viejo sea mi cuerpo,
yo seguiré siempre escuchando
el niño que llevo dentro
de mi joven pensamiento.
lunes, 6 de octubre de 2014
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