Dentro de mi alma la vida pasa
con la esperanza y el firme deseo
de poder llegar al eterno cielo,
donde la vida para siempre descansa.
Su alegría despierta mi albanza
y va emprendiendo aquel ansiado vuelo
que llena el alma de eterno consuelo
y el corazón de eterna esperanza.
Voy caminando aprisa por la vida
para traspasar la humana espera
que en el mundo a mi siempre me acaricia.
Con la divina gracia que me lleva
a disfrutar de la graciosa sonrisa
que se convierte, en la vida eterna.
jueves, 21 de febrero de 2013
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