sábado, 18 de mayo de 2013

SANTIAGO Y ANSELMO

 
Santiago y Anselmo ante la Iglesia de nuestro pueblo.

SANTIAGO Y ANSELMO

Anselmo y Santiago,
son dos primos hermanos
que nacieron el mismo año,
y ahora que ya cumplen
los ochenta largos años,
se sienten tan unidos
que se abrazan con el cariño
que siempre se tuvieron,
en su pueblo de Casaio.

Por San Gil amparados,
vamos cumpliendo los años
con ese fervor sagrado
que nos hace ser eternos,
con todo lo que esperamos
alcanzar en nuestro pueblo.

Se une la tierra y el cielo,
al entrar en el Cementerio
donde están todos aquellos
que nosotros tanto queremos
y tenemos en el pensamiento.

Siempre estaremos unidos
estos dos queridos primos,
que llegaron a los ochenta años
estando siempre amparados
por el glorioso San Gil de Casaio
y la familia que tanto amamos.

El Viejo Anselmo




EL CASTAÑO DE LA VELACRUZ DE CASAIO

Ese viejo castaño
que hay en la Velacruz,
está cargado de años
y de recuerdos dormidos
que dan sombra a los deseos
de estar siempre vigilante
a lo que tiene nuestro pueblo
de sagrado y de elegante,
al hacer de la amistad
un tesoro incalculable
que descansa en su sombra
y ve pasar el fervor
hacia esa Iglesia que está
amparando nuestra fe
y llamando con sus campanas
por todas nuestras almas.

Bajo ese viejo castaño,
pasaron nuestros antepasados
camino del cementerio,
llevando los recuerdos
bajo este castaño tan viejo
que está siempre vigilando
los destinos de nuestro pueblo.

El Viejo Anselmo

HE LLEGADO A LOS OCHENTA AÑOS

He llegado a los ochenta años
caminando por los senderos
que me ha impuesto el tiempo,
dejando atrás los deseos
que la edad le ha impuesto
a mi dolido corazón.

Un mundo de silencios
llevo en el pensamiento
que se transforman en amor
y se clavan en mi pecho
con una ferviente pasión
que me deja sin aliento.

Es un encendido fervor
que despierta cada mañana,
cuando veo salir el sol
y se refleja en el agua
de este mar encantado
que está junto a mi casa.

He llegado a la vejez
y me hallo satisfecho
con la plenitud de la edad
y el encendido deseo
de haber cumplido mis sueños,
de ser padre y abuelo.

El Viejo Anselmo