jueves, 16 de abril de 2020

TENGO MIEDO

Al virus aterrador
¡Tengo miedo!
a la terrible contaminación.
¡ Tengo miedo!
A todo lo que espero.
¡Tengo miedo!
A perder la amistad.
¡Tengo miedo!
A los amigos que se van.
¡Tengo miedo!
Al escuchar las campanas.
¡Tengo miedo!
A dar el último paso.
¡Tengo miedo!
A ver tantos muertos.
¡Tengo miedo!
A perder la esperanza.
¡Tengo miedo!
Todo es miedo en mi viejo cuerpo
y mi alma se confunde
con todo lo que espero
y lo que no alcanzan a mirar
mis ojos que ya están secos,
con el gran tormento
que trae la enfermedad,
al contaminar la salud
y nos causa tanto mal.

sábado, 11 de abril de 2020

DEFENDER LA VIDA

Tenemos que defender la vida
de este virus aterrador
y las escandalosas noticias
que nos destrozan el corazón.

De la amargura que nos vienen encima,
de la rutina de las malvadas mentiras,
de las muertes ausentes y las definitivas,

Defender la vida con encierros y pesadillas,
de la terrible contaminación
que van sembrando los temores
de las recetas infames y falsos diagnósticos,
defenderla de políticas razones
que roban la paz en nuestros corazones.

Defender la vida de ingenios y canallas,
que le dan el poder a quien nos avasalla.
Hay que defender la vida con certeza,
defenderla de la injusta torpeza
que busca todo lo que empieza
a destruir lo que hay de bello 
en la encantada naturaleza.

Defender la vida es un derecho
que nos ha dado quién nos creó,
es como un fuego abrasador,
que viene con el virus aterrador,
lleno de muerte y contaminación,
para todo aquel que siente
el deseo de vivir estando sano,
disfrutando del breve descanso,
sin esperar que le venga el terrible mal.

Estando con la libertad encarcelada
dentro de la propia casa, donde
se junta el cobarde con el valiente,
aislado de toda la gente, esperando,
pasar el tiempo que nos han prestado,
para poder llega a ser viejos
y vencer todos los malvados miedos.

Os saluda el viejo Anselmo.

EN CUARENTENA

Si el virus a tí te abate
cuando el aliento te falte,
por favor, no te canses,
sigue siempre adelante;
haz como el rosal
que florece y reverdece,
o como la semilla enterrada
que bajo la tierra late
y cuando llega la hora,
revive como ates.

Si el virus a tí te abate,
lucha no te canses;
verás como resplandece
aquello que tu quieres,
haz como el río con la lluvia
que cuanto más llueve más crece,
o como el mar que llega a la playa
que al acariciar la arena, se desmaya.

Del virus aterrador,
no has de tener ningún temor.
¡Levántate! ¡Lucha! ¡Resiste!
haz como el toro acorralado,
que al verse perdido embiste.

Si el virus te abraza,
no dejes que se contagie tu alma
y haz que la vida de tus sueños,
siga despierta en tu alma
para que puedas llegar al cielo,
libre de tanta desgracia,
sintiéndote vivo por dentro,
aunque por fuera estés muerto.