Poema de Etelvina Sánchez para Anselmo Prada León
Escribe poeta, escribe,
escribe tus sentimientos,
pero al hacerlo procura
no escribir tus sufrimientos.
Que nadie sepa tus penas,
que no escuchen tus lamentos,
deja siempre en tus escritos
escondidos tus secretos.
Escribe poeta, escribe,
pero deja en el tintero
tus amarguras pasadas,
tus ilusiones y tus sueños.
Di que brille el sol de noche,
que haya flores en el cielo,
que las estrellas se apaguen
cuando las sople el viento.
Escribe las aventuras locas
de aquel viejo Anselmo,
que piensa como un niño
de blanco y ondulado pelo.
Di que no hay guerras ni males,
que todo es como un sueño;
que en la vida apasionada,
todo es muy bueno y muy bello.
Escribe poeta, escribe,
no pares de dedicar versos,
al que sufre en la cama
y también al que está preso.
Al que pena de amor,
al que pasa el gran tormento
de perder hasta la ilusión
que se llevó el fuerte viento.
Escribe poeta, escribe,
échale discursos al tiempo
para que no vaya tan deprisa,
porque nos hacemos viejos.
No hables con huracanes
porque no admiten consejos
y destruyen todo a su paso,
sembrando terror y miedo.
Escribe poeta, escribe,
mientras te dure el aliento;
que tu corazón no sienta
al que desprecie tu ingenio.
Llevas tú viejo Anselmo,
aquel ferviente sello
que grabó el Gran Maestro
desde su trono en el cielo.
Habrá quien no comprenda,
ni tu prosa, ni tu verso;
pero, tú sigue escribiendo
lo que fabriquen tus sueños.
La miel sale de las flores,
el maná baja del cielo;
y del corazón del poeta
salen encantados versos.
Escribe poeta, escribe,
escribe con sangre y con fuego,
todo lo que llevas en el alma
con los más bellos recuerdos.
No pares de escribir Anselmo,
lo que llevas en el pensamiento,
que yo espero leerlo
y escuchar tus consejos.
Aunque tú ya seas viejo,
no tiemblan tus manos;
yo te quiero como un hermano
y me miro en tu mismo espejo.
Ahora que yo, ya me alejo,
pienso que todo fue en vano,
y te dedico estos versos
que te ofrecí hace un año.
Eres como un hermano,
te llevo en el corazón,
desde el cielo veré al anciano
que tanto fervor me mostró.
¡Adiós amigo Anselmo!
¡Adiós insigne escritor!
Con tu letra adornas la poesía
y le cantas al amor y a la vida.
Que Dios guie tu suerte
y ampare tu destino,
que cuando llegue la muerte
te lleve por el buen camino.
En el cielo nos veremos,
tú y yo querido Anselmo;
y seremos compañeros
en nuestro destino eterno.
