skip to main |
skip to sidebar
Os habla el Viejo Anselmo:
Todos quieren llegar a viejos
y al ver pasar el tiempo,
ninguno quiere serlo...
Qué curiosa coincidencia,
yo que he llegado a viejo
me encuentro encantado
de haber llegado a serlo.
Veo que sólo envejece mi cuerpo,
porque, lo que es el talento,
lo tengo siempre presente
acariciando sus deseos.
Escucha los consejos
de este Viejo Anselmo
que con su pelo blanco,
piensa que hace algún tiempo,
era fuerte y moreno,
y que sin darme cuenta,
me considero ya viejo.
Es a lo que se puede llegar
al traspasar nuestra edad,
pero, teniendo siempre presente,
que lo importante es llegar
a conseguir la eternidad.
A todos cuantos leáis esto,
de corazón os deseo,
que podáis llegar a ser viejos,
pero que sólo se arrugue
vuestro prestado pellejo,
que no se arruguen jamás
vuestros eternos sentimientos.
Abrazos de vuestro amigo Anselmo
que hoy cumple 81 años. 27-6-2014
A palabra que ó ceo sube
nunca á levará o aire,
nin a tapará ninguha nube
que se lle poña diante.
Aquel que fai o que debe
xa ten o ceo gañado,
xa que a morte pronto veñe
a recorda-los pecados.
Ainda que teñas moita saude,
non presumas de grandeza;
pois a sorte e a virtude
nun instante se enferman.
Non me gusta a ciudade
por cómoda que esta sexa,
eu só quero respirar
o aire da miña aldea.
Non se move nin una folla,
todo na noite está en calma.
¡Ai! se eu poidera sentir
esa calma na miña alma.
A base de insistencia
vai cedendo a solteira,
e despois de haber caído,
xa non se acordan dela.
O viño que non se bebe
non altera o noso vivir,
pero o que levamos dentro,
é o que nos fai máis sufrir.
Se moito como e moito bebo,
e moito abuso das mozas;
ben sei que cando chegue a vello,
sobraranme moi poucas cousas.
Deus quera que atopes
sempre una man aberta,
para que acaricie a túa alma
e calme a túa conciencia.
Non hai aires tan puros
como os da miña aldea,
porque os da ciudade
só cheiran a miseria.
Quen me dera camiñar
e chegar a miña casa,
e gozar cos recordos
que levo dentro da alma.
Por moito que ti te pintes,
non che fará efecto;
pois, non taparás por fora
a maldá que levas dentro.
Se queres estar contento,
nunca xamáis ti te alabes;
procura gardar silencio,
e deixa que os outros falen.
Fun a gaña-lo xubileo
á Catedral de Santiago,
foron tantas as penas que levei,
e tantas son as penas que eu traio.
Soan a morto as campás
na parroquia de Chapela,
no é extraño que soen
dalguén orfo se queda.
Así como vemos a cara,
así son as intencións;
porque só sabe a alma
como son os corazóns.
Non volve a palabra
a entrar pola boca,
nin a ser como Deus manda
a muller que perdeu a honra.
O que de xoven non traballa
e malgasta-lo seu tempo,
por moito esforzó que faga,
chegará a ser pobre de vello.
Ainda que sexas como una rosa,
e sexas máis boa que o pan;
se no es ti traballadora,
todos de tí fuxirán.
Que bo é ter amigos
que nos queiran e nos comprendan,
para que cando cheguen as desgracias
as nosas penas entreteñan.
A vellez é a que ten a fama
de ter sempre a razón,
porque sempre vai contando
o que lle sae do corazón.
Xunto ó mar está a miña casa
e báñome na sua Praia,
pero o meu corazón suspira
polo aire da montaña.
Non hai un lugar no mundo
como o pobo onde nacín;
do meu pobo eu presumo,
porque eu alí, síntome feliz.
Eu que xa cheguei a vello
non teño medo a morrer,
porque tódolo que eu quero
na outra vida o atoparei.
Estes foron os consellos
que sairon do meu corazón,
gardailos como recordos
de Anselmo Prada León.
Yo necesito la amistad
para poder con ella soñar,
necesito tener amigos
que estén de acuerdo conmigo.
Necesito estar pensando
en todos esos amigos,
que a mi me están dando
tantas muestras de cariño.
Necesito sentirme vivo
y disfrutar de la amistad
que todos los amigos
a mi me saben dar.
Y cuando esté enfermo
este viejo Anselmo,
necesitará la amistad
para sanar su enfermedad.
Es más importante que el médico
tener a quién se quiere cerca,
que son los que nos dan aliento
cuando la muerte se acerca.
Al cumplir los ochenta y un años
Cando toca una gaita
choran os sentimentos
e cantan alegres os galegos,
porque Galicia se esperta
do seu misturado enredo.
Gaita, gaitiña miña,
ti tes moitas quimeras,
moitas penas e ledicias
leva ti no inchado fol
para cantarlle a Galicia.
A gaita ben tocada,
sinte arumes de muller,
quen non quere escoita-la gaita,
non sabe o que é querer
a muller que tanto ama.
Al contemplarte Almería
todo el encanto se destapa
y yo te llamo ¡Guapa!
con la fuerza de mi alma
y el amor del corazón.
Tantas cosas le diría
a mi amada Almería,
para mostrar el paraíso
de su hermosa bahía,
y la dulzura encantada
de su preciosa Alcazaba
que llena de felicidad
esa hermosa ciudad
que siempre está
mirando al mar.
En tus brazos Almería
dulcemente se despierta
el encanto de mi vida,
con ese prolongado sueño
que llevo en el recuerdo
y le da a mi corazón,
ese concierto de amor
de cuando era pequeño,
y en la Escuela de Comercio
se iluminó la dicha
de hacer aquella carrera,
cuando finalizó la guerra.
Eres bella Almería
como una blanca paloma
que vuela por la mañana
hacia la bella Alcazaba,
arrullada por las caricias
del amor que se asoma
sobre la paz encantadora
que brota del corazón
de todas las personas
que ofrecen su amistad,
adornada con la felicidad
que Almería a todos nos da.
Al contemplar tu belleza
se alegra mi corazón
y pasan por mi cabeza,
aquellos bellos recuerdos
que tengo de pequeño,
cuando gozaba del cariño
en la calle de Cucarro,
entre el hambre y la pena
y las cenizas de la guerra
que sólo trajo miseria.
La Campana de la Vela,
despertaba cada mañana,
todas las esperanzas
que salían del alma.
Al escuchar el sonar
de la mahometana campana,
Almería reza y recuerda
su devota divinidad.
Al ver tu estampa Almería,
reflejada en tu bahía,
un emocionado encanto
enciende la ilusión
y le da a mi corazón,
el profundo sentimiento
de tener que decirte adiós.
Hay lágrimas en mi mente
que humedecen los recuerdos
de aquella lejana guerra
que reflejaba la pena
de la sangre derramada
en ese paraíso de agua.
Aunque me voy y te digo adiós,
te llevo en el corazón
con la gracia encantadora
de ese brillante sol
que ilumina tus playas,
donde la caricia del agua,
consuela el gran dolor
de tener que decirte Adiós:
Anselmo Prada León
La muerte es el castigo
que nos dio el Creador,
para que podamos vivir
con el humilde deseo
de ser eternos en el cielo.
El alma podrá aceptar
esa divina dependencia,
por la que se podrá salvar
de tener una muerte eterna.
La muerte le da al alma
la perfecta libertad,
para que se desprenda
de todo aquello
que el cuerpo ama,
todo lo que lo hace feliz,
la muerte se lo arrebata
y no le queda de la vida
absolutamente nada,
ni bienes, ni gozos, ni fama,
ni honra, ni amigos. ni familia...
Todo se acaba en esta vida.
Con la muerte
el cuerpo se corrompe
y se desmorona lo prestado,
quedando frente a frente,
sólo el alma con el Creador
en el infinito universo.
¿Podrá el alma rechazar
a ese Dios celestial,
podrá revelarse
contra su sabiduría..?
Seguro que sufriría
las terribles consecuencias
de no haber creído en Él.
La muerte es la medicina
que puede curar
nuestro humano orgullo,
es una medicina amarga
que de la vida nos salva.
La muerte a nosotros llegó
cuando el primer hombre pecó,
al sentir la rebeldía
dentro de su corazón.
Así empezó a sentir el dolor
y saber lo que es el cansancio
de sufrir el duro trabajo.
El espíritu que desea
ser como el mismo Dios,
experimenta la capacidad
de ser esclavo de su amor.
Sabiendo que es humano
y no podrá jamás
espiritualizar su cuerpo.
La persona que se olvida
de su destino eterno,
se sentirá movido a considerar
como patria definitiva
la tierra en que vive,
acabando siendo
como un animal cualquiera,
preso en las amarguras
de la humana vida en la tierra.
Gracias a la muerte,
nosotros seremos liberados
de todo atractivo humano
que se encuentra en el mundo.
Nuestro espíritu quedará libre
para seguir el destino
y buscar la salvación
que le imprimió el Creador.
La muerte no es un castigo,
sino una liberación
que tenemos los humanos,
si aceptamos y deseamos
con gusto ese consuelo
para llegar a ser eternos.
Cristo con su palabra,
nos dice que la muerte no existe:
"El que cree en mi, no morirá..."
"El que guarde mi palabra,
jamás morirá..."
"El que come este pan,
no morirá jamás..."
"El que guarda mi palabra,
pasa de la muerte a la vida.."
Que nadie pregone la paz,
amparado por la guerra
y el odio que camina
a través de la tierra.
Que nadie pregone el amor,
combatiendo a cada instante
ese deseo constante
de maltratar el corazón.
Que nadie pregone la cultura
con el fanatismo de pensar
y atar la bella hermosura
de la libertad para hablar.
Que nadie pregone ecología,
donde el fuego abrasa el monte
y quema toda la razón
donde la maldad se esconde.
Que nadie pregone la razón
con el estómago vacío,
teniendo la conciencia llena
del injusto terror.
Que nadie pregone libertad,
sin dialogar con las estrellas
y comparar la humanidad
con las inocentes bestias.
Que nadie pregone la igualdad,
donde la riqueza y la pobreza,
emprenden la feroz guerra
entre las razas de la tierra.
