El amor es la savia de la vida,
que fluye por la sangre sin mancharse
y llega a nosotros para engendrarse,
en el gozo de inspiración divina.
En el cielo se encuentra suspendida
la dicha feliz que puede inmolarse,
con el amor que ya puede llenarse
del gozo que hacia el amor se aproxima.
Amandose se traspasa el retraso
que desde la mortal memoria parte
para hallar felicidad en el ocaso.
Sintiendo la emoción en todo instante,
cuando el amor va con firme paso
buscando la felicidad amante.
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