ALMAS BUENAS Y MALAS

Hay almas buenas y malas,
almas que se mueren
en inmensos palacios,
almas adornadas
con ropajes de seda,
almas que disfrutan
de una posición muy buena,
esas son las que más se alteran
cuando miran el espacio.

 Hay almas que siempre están
adorando el becerro de oro
y no aceptan la profunda agonía
de tener que dejar esta vida
en la que le sobra de todo.

 El alma del rico es poderosa,
a nada ni a nadie le hace caso,
se resiste a abandonar lo prestado
y quiere dominar hasta el espacio,
como hace con todo lo creado.

 Es tan grave ese pecado
de querer engañar la Creador,
despreciando lo que le han prestado
y querer comprar lo sagrado
para que su entierro imaginado
se adornado con todo honor.

 No hay como la humildad
para saber aceptar,
que todo lo que tenemos
nos ha sido prestado
para que sepamos aprovecharlo,
siguiendo los mandatos divinos
de emprender el verdadero camino
que nos lleva al eterno destino.

  Al empezar la cuaresma
el alma es cuando más piensa
en lo que realmente somos,
y queremos buscar el remedio
para fortalecer la conciencia,
dejando atrás lo que estorba
para alcanzar la vida eterna.