miércoles, 16 de enero de 2019

EL ESPEJO

El otro día me acerqué
a mirarme en el espejo
y al verme yo tan viejo,
me puse a considerar
en los años que yo tengo,
y en los que aún me quedan
para llegar donde yo quiero.

Yo al verme tan viejo,
con vana ilusión yo pienso:
Si soy así por fuera,
¿Cómo seré por dentro?
Estoy seguro que soy 
muy joven y muy tierno,
el que no tiene nada que ver
con este viejo Anselmo
que refleja el espejo.

Llevo en mi pensamiento,
tanta dicha, tanto fervor,
que por donde quiera que voy
siento la caricia de Dios,
que me está ofreciendo
toda la ansiada esperanza
que necesita mi alma.

Si yo me quiero mirar
en el espejo del alma,
veré con el pensamiento
todo el placer que siento
al haber llegado a viejo
aprovechando bien el tiempo
para estar muy cerca del cielo.

Es tanta la esperanza,
tanta es la devoción
que tengo ahora de viejo,
que si la muerte me llama
no me dará ningún miedo,
porque sé que en la otra vida,
también habrá un espejo
para mirarse este viejo Anselmo.


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