viernes, 22 de febrero de 2019

YA LLEGÓ LA VEJEZ

Ya llegó la vejez al ocaso de mi vida,
después de haber andado tan aprisa
llamando de puerta en puerta,
repartiendo la correspondencia.
Ahora tengo que andar despacio
cargado con los ancianos años
y abriendo las ventanas del alma
para que entre la esperanza
a llenar de consuelo a este viejo
y le ayude a alcanzar al final
el deseado descanso eterno.

Llegó sin darme cuenta la vejez
a enfriarme cada vez más los pies,
y dejar tiritando el aliento sofocado,
que hace temblar hasta la palabra
que está en la boca cerrada y callada,
donde se adormecen los suspiros
y florecen los deseos dormidos.

Con la vejez se cierran todas las puertas,
para que no entre la luz ni la lluvia
a despertar los placeres dormidos
que están escuchando los placenteros cantos,
con las dulces melodías que acarician los días.

No hay comentarios:

Publicar un comentario