miércoles, 5 de febrero de 2020

AL LLEGAR LA VEJEZ

Al llegar al último decenio
de mi anciana vida,
me estoy dando cuenta
que rejuvenece mi fe
y se enciende el fervor,
que me hace acercarme más
a ese Dios Creador,
que me prestó esta vida
para que pudiera aprovecharla,
al buscar la esperanza
de alcanzar algún día
la eterna salvación.

Al llegar la vejez
voy caminando despacio,
buscando el atajo
que me lleva a la niñez,
pero sólo encuentro el recuerdo
de lo que yo fuí en el ayer.

Yo no sé ni puedo saber,
donde está el consuelo
que lleva el viejo con él,
puede ser que esté en el cariño,
que lleva desde que era niño
y le ha hecho tanto bien.

Sigo de viejo caminando,
arrastrando los dolidos pies,
por el camino tan largo
que tiene que recorrer,
llevando los viejos años
con los dolidos daños,
que vienen con el tiempo,
dejando en su memoria
y el peso de su historia.


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