sábado, 1 de junio de 2013

HABLAND DE DIOS

Ahora que ya soy viejo
me estoy dando cuenta,
que Dios no sólo se encuentra
dentro de las iglesias.

Lo puedo ver entre la gente
que rodea a mi persona,
por todas partes yo siento
los reflejos de la gloria.

En la humanidad se recrea
la fantástica belleza
que hay en la naturaleza,
todo nos da testimonio
de esa eterna bondad
que alcanzamos en la eternidad.

Este Viejo Anselmo
pensaba que sólo Dios vivía
en el Sagrario del templo;
pero,  me estoy dando cuenta
que allí sólo hay silencio,
y que Dios también se encuentra
en todos los rincones de la tierra,
mezclado con las personas
que van pasando la vida
mezcladas con la pobreza
de aquellos que están sufriendo.

Voy caminando por la vida
mirando siempre al cielo,
quiero descubrir a Dios
en cada estrella del universo,
en la grandeza de los mares
y en las altas montañas
que dan fervor a las almas
para ponerse a rezar
y escuchar la voz que proclama
y a gritos está diciendo:
¡Ahí tienes a Dios Anselmo.!

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