LA ESENCIA DE LA VIDA

Se alimenta el cuerpo y el alma
con una misma sustancia,
con una sonrisa, una palabra,
basta una tierna mirada
para saciar el pensamiento
de esa gracia gentil
que se necesita para vivir.

Es la firme esperanza
la que alimenta el espíritu
y le da a nuestro cuerpo
la fuerza suficiente
para combatir los males
que están a nuestro alcance,
esperando cualquier fracaso
en lo que nos han prestado.

 El fruto amargo de la vida,
madura con la esperanza
y se endulza con la ilusión
que sale del corazón,
al tener a nuestro alcance
la verdad de la existencia
que nos muestra la ciencia,
al ir por los caminos
y en todos sitios encuentra
al Creador en la puerta.