Saliendo de mi viejo cuerpo
y entrando en todas las cosas
que llevo en el pensamiento,
por todas partes me encuentro
con ese eterno Creador
que sin voz me está diciendo:
¿Dónde vas Anselmo.?
Es como un sueño despierto,
algo que llevo aquí adentro,
como una feliz esperanza
que me anima y me da aliento
para que siga el camino
hacia mi eterno destino,
estando siempre contento.
Gracias a lo que yo espero,
he despertado a tiempo
y me siento como programado
con lo que tengo a mi lado,
para salir de mi anciano cuerpo,
dejando atrás los recuerdos
para seguir siempre viviendo.
Es tan perfecto lo que estoy viendo,
que la belleza del mundo
me basta para poder admirar
lo que puedo yo encontrar
cuando me vaya al más allá,
donde el Creador me ofrecerá
la gloriosa eternidad.
Son pensamientos del Viejo Anselmo.
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