domingo, 2 de septiembre de 2018

LOS SUEÑOS

Cuando sueña la imaginación, traspasa los límites de la razón.
La vida es interesante, para el que sueña bastante.
Los motivos que llevan a soñar, son los que pueden dar la felicidad.
Lo que nos impide soñar, es el miedo a fracasar.
Cuando los sueños son iguales todos los días, hacen más felices nuestras vidas.
Las cosas buenas de la vida, hacen de los sueños una feliz armonía.
Cuando tenemos felices deseos, es cuando vienen los felices sueños.
Para que los buenos sueños nos sigan, la vida vale la pena vivirla.
Cuando soñamos en escoger un camino, vamos derechos a nuestro destino.
Vivir a lo que uno está acostumbrado, es hacer caso a lo que se ha soñado.
El sueño es como un puente, que une el futuro con el presente.
El mundo visible y lo invisible, se unen mientras se vive.
Para saber lo que en el mundo existe, todos los sueños nos sirven.
Los sueños cambian a las personas que se empeñan en cambiar las cosas.
La falta de sueño, es lo que impide ver claro lo que vemos.
Lo que mata nuestros sueños, es la velocidad del tiempo.
En el océano de la vida, navega el sueño de la felicidad prometida.
Toda la vida es un sueño, donde duerme todo lo que tenemos.
Según camine la vida, los sueños serán penas o alegrías.
Cuando menos se espera, viene el sueño que pone a prueba nuestro empeño.
Lo que mata la ilusión del sueño, es no llevar a cabo lo que queremos.
Cuando el sueño anuncia derrota, la vida también lo nota.
Cuando el buen sueño asoma, une a Dios y a las personas.
El que está acostumbrado a soñar, sabe que la vida no se acaba jamás.
La vida está hecha de sueños, de los que nosotros no somos dueños.
Los sueños del viejo Anselmo, los comunica siempre despierto.



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