Al contemplarte Cahapela
yo me siento un poeta,
porque, desde el Picoto al mar
hay un empinada cuesta
por donde suben las rimas
cargadas con las letras
para hacer esos versos,
que alegran la belleza
de esta querida tierra.
En la orilla del mar
yo compongo mis poemas,
inspirándome en las olas
y en la verde arboleda
que baja desde el monte
hasta llegar a la arena
de esa hermosa playa
donde mi vida se encuentra.
No sólo me inspira el mar,
ya sea brava o serena,
ni las olas de blanca espuma
que vienen a morir en la arena.
Me inspira la amistad
que encuentro en sus gentes
y toda la fantástica belleza
que encuentro en Chapela.
El que llega a Chapela,
siente la caricia del mar
y la fantástica guapeza
de esa gente tan buena,
que le entrega la amistad
a todo el que aquí llega
y se siente acariciado
por la gente marinera,
que te entrega el corazón,
con el más bello poema
que en Chapela se hiciera.
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