Cuando ya vienen los años,
voy por la cuesta abajo
buscando la feliz vejez
que me ayude a pasar el trago
que traigo desde la niñez.
Es un anciano empeño
de querer llegar a viejo
que tiene toda la gente,
pero cuando llega la vejez
nadie que lo quiere ser,
todos quieren escapar
de lo que viene después.
No sé, yo no lo sé
ni lo quiero saber,
cual será el camino
que tendré que recorrer,
para llegar al infinito
donde es imposible volver.
Cuando la vida se acaba
en el cuerpo dolorido,
sólo queda la esperanza
de que siga el cariño
acariciando la vida
que tenemos prestada
en esta vida en la tierra
hasta que un día se muera.
Después no habrá vejez
ni humano padecer,
todo será ya eterno,
pero seguirá el Viejo Anselmo
ofreciendo todos los versos
a quien los quiera leer.
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