El mejor lugar para hablar
con Dios nuestro Señor,
es en un apartado monte,
lejos del mundo y sus pecados,
donde sólo existe el amor.
Desde el profundo silencio
es donde se puede escuchar
de Dios la divina voz,
que nos invita a rezar
para conseguir el fervor
que enciende la devoción.
Al monte subió Abraham
para hablar con el Señor,
Al monte se retiró Cristo
para hablar con Dios...
y al monte de Casayo
es donde un dia fui yo
para ver el Espíritu Santo volar
en la Iglesia de San Gil,
ofreciéndome la santidad
para poderme salvar.
En el monte es donde
se oye el alma respirar,
al ver que la existencia de Dios
es una santa realidad,
todo es posible en el monte,
la oración y la meditación
llenan de santidad la vida
y la esperanza respira
con la fe que lleva dentro
este viejo y devoto Anselmo
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