Ni una sola criatura
que respira bajo el sol,
dejará nunca de existir
sin la voluntad de Dios.
No dejará de cantar
el pájaro encantador,
ni se marchitará la flor
sin adornar el deseo
de todo lo que vemos.
No caerá una hoja
del árbol de la vida,
sin que remate la tarea
que le prestó el Creador,
para adornar la naturaleza.
Cada mañana sale el sol
para sanos y enfermos,
para los malos y los buenos,
para todo el que quiera sentir
la esperanza de poder vivir
acariciado por el calor
que siente al salir el sol.
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