Todo baila con la edad,
bailan los felices años
que caminan por la vida,
bailan los corazones
con la amistad entretenida,
bailan los recuerdos,
bala la esperanza,
baila la convivencia
y hasta baila la ilusión
con la deliciosa armonía
que camina por la vida
hasta llega a la edad,
donde podemos encontrar
la verdadera felicidad.
Con la edad hasta pueden bailar,
los dolores y las penas,
puede bailar la enfermedad
y hasta bailan los recuerdos
que tenemos abrazados
dentro del pensamiento,
bailando con la alegría
que acaba con los tormentos
que caminan por la vida.
Este viejo Anselmo
no se cansa de bailar
y sentir el verdadero placer
de haber llegado a la vejez
sin parar nunca de bailar,
y compartir la ilusión
con todos los demás
que piensen como yo,
que el baile es lo mejor
que los humanos tenemos
para acariciar la felicidad.
¡Nunca paréis de bailar!
Es un consejo del viejo Anselmo.
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