viernes, 6 de junio de 2014

LA MUERTE

 La muerte es el castigo
que nos dio el Creador,
para que podamos vivir
con el humilde deseo
de ser eternos en el cielo.

 El alma podrá aceptar
esa divina dependencia,
por la que se podrá salvar
de tener una muerte eterna.

 La muerte le da al alma
la perfecta libertad,
para que se desprenda
de todo aquello
que el cuerpo ama,
todo lo que lo hace feliz,
la muerte se lo arrebata
y no le queda de la vida 
absolutamente nada,
ni bienes, ni gozos, ni fama,
ni honra, ni amigos. ni familia...
Todo se acaba en esta vida.

 Con la muerte
el cuerpo se corrompe
y se desmorona lo prestado,
quedando frente a frente,
sólo el alma con el Creador
en el infinito universo.

 ¿Podrá el alma rechazar
a ese Dios celestial,
podrá revelarse
contra su sabiduría..?
Seguro que sufriría
las terribles consecuencias
de no haber creído en Él.

 La muerte es la medicina
que puede curar
nuestro humano orgullo,
es una medicina amarga
que de la vida nos salva.

 La muerte a nosotros llegó
cuando el primer hombre pecó,
al sentir la rebeldía
dentro de su corazón.
Así empezó a sentir el dolor
y saber lo que es el cansancio
de sufrir el duro trabajo.

 El espíritu que desea
ser como el mismo Dios,
experimenta la capacidad
de ser esclavo de su amor.
Sabiendo que es humano
y no podrá jamás
espiritualizar su cuerpo.

  La persona que se olvida
de su destino eterno,
se sentirá movido a considerar
como patria definitiva
la tierra en que vive,
acabando siendo
como un animal cualquiera,
preso en las amarguras
de la humana vida en la tierra.

  Gracias a la muerte,
nosotros seremos liberados
de todo atractivo humano
que se encuentra en el mundo.
Nuestro espíritu quedará libre
para seguir el destino
y buscar la salvación
que le imprimió el Creador.

  La muerte no es un castigo,
sino una liberación
que tenemos los humanos,
si aceptamos y deseamos
con gusto ese consuelo
para llegar a ser eternos.

  Cristo con su palabra,
nos dice que la muerte no existe:
 "El que cree en mi, no morirá..."
"El que guarde mi palabra,
jamás morirá..."
"El que come este pan,
no morirá jamás..."
"El que guarda mi palabra,
pasa de la muerte a la vida.."



 
 

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