Se oscurece la luz de tu vida,
desaparece aquella radiante luz
que alumbra el ensueño de tu inquietud
para gozar de la vida oscurecida.
Será una perpetua oscura agonía
que va cegando la envejecida salud
y rejuveneciendo la joven virtud
que descubre la estrella que te guía.
La pena se lamenta de tu estado
al contemplar esa luz oscurecida,
causando en el corazón una herida,
de la que yo me siento encadenado.
De tu ceguera estoy enamorado,
luchando por la oscuridad vacía
que entretiene la oscura agonía
que siento al no estar a tu lado.
Se abren los ojos de mi alma
y puedo mirar sin ver,
lo que a ti te está pasando;
cuando una luz que está apagada
ilumina mi corazón desesperado.
Par decirte que te quiero.
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