lunes, 6 de agosto de 2018

CRISTO DE LA VICTORIA DE VIGO

 
 
Vigo tiene las puertas abiertas
para recibir todos los fervores,
hacia el Cristo de la Victoria
que llegó un día con la marea
y nos trajo el manantial glorioso
del amor del Padre soberano
que santifica el corazón humano.
 
En Vigo está el reluciente faro
que ilumina la devoción santa
y nos hace a todos hermanos
en la procesión que avanza
siguiendo de Cristo las pisadas
por las calles engalanadas.
 
Ofreciendo los devotos fervores
van los corazones afligidos,
rogando por todos los pescadores
que van navegando sin destino
por todos los lejanos mares
tan llenos de tempestades.
 
Bajo la divina protección
del Cristo de la Victoria,
a Vigo llega el gran fervor
de ese Padre soberano
que padeció en el Calvario
y redimió al género humano.
 
En recuerdo de mi consuegra Rosita
que todos los años venía desde Asturias
a la procesión del Cristo de la Victoria.


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