jueves, 9 de agosto de 2018

LA RAZÓN Y LA IMAGINACIÓN

 
 
Al tener nuestra razón limitada
y ser la imaginación tan inmensa,
nuestra opinión humana se condensa
en querer saber si tenemos un alma.
 
Nuestra ignorancia está tan endiosada,
que al Creador trata con indiferencia;
sabiendo que no existe poder ni ciencia
que convenza nuestra torpeza humana.
 
Vemos amanecer cada alborada
y despertar nuestra vida endiosada
que camina hacia la vida esperada.
 
Hay una esperanza santificada
que sueña con la fe imaginada
de alcanzar lo que nunca se acaba.
 
Estoy en el interior del castaño que está con su tronco quemado
junto a la Ermita de San Gil de Casaio.


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