Si la vida fuera un sueño,
como a mi me gustaría;
las personas serían felices
y vivirían con alegría.
Todos encontrarían
el verdadero camino,
para poder compartir
el Cuerpo de Cristo.
Dios nos ha dado la vida
con las divinas enseñanzas,
para que vayamos unidos
hacia la eterna morada.
Cómo poder comprender
lo que somos las personas,
si por una u otra cosa,
todo nos incomoda.
Vivimos siempre corriendo,
con el miedo de no llegar;
sabiendo que caminamos
hacia un eterno final.
Vamos caminando
por la senda de la vida,
dejando atrás, olvidada
la más grande maravilla.
De haber sido creados
para vivir con alegría,
dando gracias al Creador
por habernos dado la vida.
Me gusta. Hoy en mi regreso al barrio, he sacado a Martín y Elena, una chica que habla y camina mal, me ha cogido del brazo y juntas hemos llevado a Martín al verde. Son esos pequeños momentos los que inundan el cuerpo de alegría vivenciada.
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