jueves, 3 de junio de 2010

¡QUÉ VELOCES PASAN!

¡ Qué veloces pasan
los dias de mi vejez,
son como gaviotas
que vuelan al amanecer.

Las penas y las tristezas
que mi viejo cuerpo aguanta,
van logrando en la espera
un concierto de alabanza.

Cuando los tremendos dolores
se apoderan de las noches largas,
sólo queda la esperanza
para consolar las desgracias.

¡Cuánto dolor!
¡Cuánta lágrima!
¡Cuántos sinsabores
la vejez aguanta!

Son las penas olvidadas
las que fecuandan las canas,
que van cubriendo la vida
con amargas esperanzas.

Las alegrías soñadas,
¡Qué veloces pasan!
Mientras el corazón,
sufre, padece y calla.

Los amargos misterios
que se meten en el alma,
sólo claman por el cielo
con la vida que se acaba.

Anselmo Prada

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