jueves, 20 de enero de 2011

EL VALOR DIVINO DE LAS COSAS HUMANAS

Toda mi vida yo anduve,
en busca del valor divino
de las cosas humanas.
Así titulé el libro
que en San Gil escribí,
y si alguien quiere mirarlo,
que vaya a mi pueblo de Casayo,
o al Monasterio de Osera
donde santamente se encuentra.

Cuando ya no tenga voz
mi humana garganta,
podeis escuchar mi palabra
al leer todos mis libros,
ellos serán los que hablarán
sobre lo que siente mi alma.

Al leer lo que yo escribo
en las páginas de mis libros
con esta letra tan clara,
escuchareis lo que yo
a todos quiero decir,
sobre lo que he sentido
en mi paso por la vida,
y de lo que yo fui testigo.

No quiero que cuando me muera,
adorneis el muerto cuerpo
con flores que fueron cortadas;
porque mi cuerpo es materia
y sólo es eterna mi alma.

Que nadie llore por mi,
ni diga dolorosas palabras;
porque esto que aquí veis,
en la gloria no vale nada.

Si quereis saber lo que soy,
os lo diré desde el silencio
cuando leais mis versos,
ellos os irán diciendo
todo lo que yo fui,
y el fervor que sentí
por el Glorioso San Gil.

El que quiera encontrarme,
que vaya a buscarme
allá en la eternidad,
siguiendo el camino
de la páginas de mi libro:
EL VALOR DIVINO DE LAS COSAS HUMANAS,
él transformará vuestras almas,
en fervorosas ilusiones
para dar gracias a Dios,
que es quien os ayudará
a alcanzar la salvación.

Anselmo Prada León

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