Con los noventa años transcurridos

después de tanto luchar

con  nuestras  manos enlazadas

resistiremos mucho más.

 

 Con las arrugas de la cara

que el tiempo marcando va,

 tejen redes resistentes

que nos unen mucho más.

Los recuerdos del pasado

que el tiempo grabando va,

nuestras almas enlazadas,

se van uniendo mucho más.

El amor que en otro tiempo

ardió en nuestro interior

fue calentando el amor

y en calor se transformó.

Es más agradable que el sol

pero ya llegó el momento

de tener que tenemos que medtar

para saber que nuestro amor se marchó.

Ya abandonó nuestro hogar,

hasta que el amor volvió

y no se quiso marchar.

El sanó mi enfermedad

y transmitió el cariño

que se le da a un tierno niño

de lo que uo estoy muy agradecido.