CUANDO OIGO DE CASAIO HABLAR
Cuando oigo de Casaio hablar,
respondo sin tardanza,
es el pueblo donde nací
y donde tuve mi primera casa.
Qué buenas son sus castañas
nunca las puedo olvidar
y aquellos sabrosos "bullós"
que alegraban el corazón.
Son tan sabrosos sus vinos
y tan ardiente es el fervor
hacia nuestro amado San Gil,
que en los montes de Casaio
está santamente enterrado
bendiciendo a toda la gente
que el día uno de Septiembre
le ofrecen una gran fiesta
como patrón de las canteras
y ser un Santo muy venerado
al que el pueblo de Casaio
le ofrece todos los primeros
del mes de Mayo,
una hermanada romería,
para dar a San Gil las gracias
por tener tanta alegría
y gozar de la santidad
que San Gil a todos nos da.
Allí hay un San Gil hecho
por este viejo Anselmo,
que fue bendecido por dos obispos
y ofrece la bendición
a todo al que se le acerca,
como lo hace el que está en ChaodaVeiga
y llevamos en el corazón.
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